¡¡¡Como puedo llegar a ser un niño o una niña inmensamente feliz!!!!

¿¿Eso es posible?¿todo todo el rato muy muy feliz??Bueno, pues todo todo el rato muy muy feliz no sé si es posible (bueno, casi creo que es imposible), pero quizá si aprendemos un par de cositas podemos mejorar mucho nuestros ratitos de disgustos.

Para eso tenemos que aprender. Pero no aprender Mates o Cono (que no os creáis, también nos hace feliz sentir que sabemos muchas cosas y que nuestra cabeza es como un pequeño ordenador o una gran biblioteca que guarda y guarda cosas, como cuantos continentes tiene la tierra o si debo llevar un billete de 20 euros o uno de 30 si quiero invitar a mis amigo que son cuatro al cine por mi cumple) sino a modificar un poco nuestra manera de pensar o de actuar frente a los demás o nosotros mismos.

Para aprender este tipo de cosas lo que tenemos que hacer es lo mismo que hacemos cuando aprendemos a sumar decimales o a hacer nuestra cama: practicar, practicar, practicar y hacerlo miles de veces ¡¡hasta que nos salga repanocha!!

Bueno, pues vamos a comenzar a practicar esta semana, que será la primera de un sin fin de miles de prácticas para poder estar cada día más y más felices, igual de feciles que cuando estamos de vacaciones o calentitos en nuestra cama sin tener que madrugar.

Esta es la primera tarea a realizar durante esta semana:

• Trata de hacer algo que siempre te haya atemorizado: buscar nuevos amigos, responder a la pregunta de un profesor, limpiar el baño...

Puedes comprometerte contigo mismo a intentar realizar al menos una de estas dos tareas o las dos.

Escribe si los has conseguido o no, como lo has intentado o como te has sentido. Si quieres, en lugar de escribirlo puedes hacer un dibujo o expresarlo como más te apetezca a tí. Dejaremos un espacio en la clase para que puedas poner aquello que has realizado. También utilizaremos un momento en la asamblea de los viernes para los que quieran comentar como les ha ido en su intentona.